Cada vez que se acerca el cumpleaños de mi hermana, mi cabeza empieza a dar vueltas. ¿Qué querrá de regalo?, ¿qué necesitará?, ¿qué le hará ilusión?. Al no saber a ciencia cierta todas estas preguntas, lo que hago es comprarle alguna cosa que sé que necesita y le hace ilusión y luego me explayo en hacerle cositas de mi cosecha.
Como es un cumpleaños significativo (nada menos que 18 años) decidí lo siguiente: le haría 18 regalos, uno por cada año. ¡¡No sabéis cuánto tuve que estar pensando para tener 18 regalos!!. Así que manos a la obra. Si fuese una persona que dispusiese de mucho dinero, habría mil cosas que podría comprar para regalar, pero al no ser el caso, tuve que decidir qué comprar y qué hacer yo misma. Así tiene más encanto xD
Empezaré por el final. Enumeré todos los regalos y los empaqueté. Aquí una muestra de algunos.
Para dárselos, los dispuse todos encima de una mesa por orden. El primer regalo fue una tarjeta de felicitación hecha a mano. Se la di al principio del día y le expliqué que iba a tener 18 regalitos. Por la tarde, fue cuando puse todos juntos.
Como ya no me acuerdo muy bien en qué orden iba los regalos, voy a enseñaros algunos. Como sé que le gusta escribir, le regalé una libreta personalizada. Decoré las tapas de fuera con cartulina, washi-tapes y algunas imágenes.
Estos regalos me encantó hacerlos. Con una plancha de linóleo y unos gubias, estuve realizando sellos con el que luego podrá decorar infinidad de trabajos y cosas. Le hice estos sellos de cosas que sé que le gustan y, evidentemente, cada uno contaba como un regalo jejej. Se los empaqueté de forma que viese el propio sello y cómo quedaba.
Como usa velas, le hice dos portavelas con unas latas.
Con una especia de plastilina especial, le hice un colgante en forma de pastelito, para ponerlo en el móvil o en las llaves.
Además de esto, le hice un cuadro de una escena de una película que le encanta; Mi vecino Totoro.
Hubo más regalos; un gorro, un diario...hasta completar los 18. De algunos ahora mismo no tengo fotos. Si les saco ya las iré subiendo. Espero que os haya gustado :D
De trasfondo, una coña de hace mucho tiempo con pinzas de la ropa y, de primer plano, el cumpleaños de la protagonista de dicha coña. Resultado: idea para regalo de cumple.
Utensilios: muchas pinzas de la ropa, cartulina para base y silicona caliente.
Usando solo las partes de madera, cogí una a una y las fui pegando. Primero sobre una base de cartulina...
...y después una seguida de otra haciendo la forma de un abanico.
Y...¡¡¡voilà!!! Un servilletero o un soporte para organizar sobres. ¡¡Espero que te haya gustado Clariña!!
El salón de la casa de mis padres pedía a gritos algún cuadro. Buscamos por un montón de sitios y sí, los había preciosos, pero iba en proporción al precio: cuanto más nos gustaba, más caros eran. Me parecía un crimen gastar tanta pasta sólo para poner bonita una pared, así que personalización al canto.
Fui a comprar a los chinos 3 lienzos del mismo tamaño. En el primero, probé a pintar unas flores, en el segundo hice garabatos con en el mismo color de las flores y en el tercero mi pincel ya ni se atrevió a tocarlo. Sigo diciendo que lo mío no es pintar cuadros. Así que lo que hice fue buscar imágenes bonitas y empapelé los 3 lienzos. Luego, en cada uno de ellos, puse una imagen con colores rojos. Unos detalles con puntillas aquí y allá y así fue como quedó.
Con poquito dinero, creo que conseguí algo chulo.
Estuve buscando por varios sitios algún cenicero que me gustase. Al no convencerme ninguno, compré unos ceniceros transparentes con la idea darles un toque personal.
Busqué algún papel que me gustase y lo fui pegando con cola blanca por la parte de afuera de forma que el dibujo se viese desde el interior del cenicero. Volví a dar varias capas de cola hasta que estuvo lo suficientemente duro por fuera como para poder pintar encima. Una vez seco pinté con pintura negra por fuera. De momento sólo hice uno, pero viendo el resultado, igual me animo a hacer el segundo.
Tenía un costurero casi igual al que muestro en la imagen. Me parecía un poquito soso. Así que me propuse darle un cambio.
Para eso, busqué papeles por internet que tuvieran motivos de costura. Cortar y pegar y así es como me quedó. Creo que, por lo menos, a mi gata le gustó xD.
Hoy en día con la nueva tecnología y su posibilidad de tener infinitas fotografías guardadas en una memoria USB o en el ordenador, pocas veces podemos disfrutar de las mismas en los típicos álbumes de fotografías.
Como siempre me gustó echar un vistazo de vez en cuando a las antiguas fotografías, ahora cada tanto tiempo revelo algunas de las más importantes para hacer un álbum. Esta práctica me permite dar rienda suelta a mi imaginación para decorar las portadas de mis álbumes.
Aquí va un ejemplo...
No supe qué signicaba la palabra arquibanco hasta que encontré uno y mi madre me dijo lo que era. Definición: Banco largo con respaldo o sin él y uno o más cajones a modo de arcas, cuyas tapas sirven de asiento. El haber encontrado este arquibanco tiene una largo historia, pero el resumen es que se vino para mi casa. Antes de hacerle nada era algo parecido a este:
El color que tenía era algo más oscuro, por lo que en mi piso, que no es muy grande, iba a dar aspecto de encoger la habitación en la que estuviera.
Manos a la obra. Lijé toda la superficie con una lijadora eléctrica, limpié todo y apliqué pintura acrílica de color blanco marfil.
Un trabajo tedioso; capa tras capa hasta que todo quedó bien cubierto. En un principio pensé en cubrir la tapa del arca (donde uno se sienta) con papel bonito, pero como tenía un cojín de colores rojos, decidí que sólo usaría el papel en los cuadrados que tiene en la parte baja del banco.
En la flor del centro a también le puse un detalle con el mismo papel. Con el cojín quedó de esta manera.
Y aquí con mi señora gata Lúa.
Llevaba bastante tiempo buscando un collar estilo babero que me gustase en varias tiendas. Al no encontrar ninguno que me llamase la atención, decidí hacérmelo yo misma.
Así que me puse manos a la obra. En primer lugar hice la base del collar con cartón.
Para decorarlo, se me ocurrió probar con una cosa que ya hacía tiempo que me rondaba la cabeza; cáscara de huevo. Deshice una cáscara en pequeños cachitos y los fui pegando con cola blanca a la base del collar.
Pinté todo ello con un gris metalizado y, una vez seco, pasé un trapo "manchado" con negro pasándalo sólamente por encima, de forma que sólo pintase la cáscara.
Ya solo quedaba ponerle algo para poder colgarlo. Como no tenía ninguna cadena a mano, usé un lazo negro. Y este es el resultado; ¿qué os parece?.
Me encargaron tranformar una cajonera de madera para hacerla un poco más luminosa y que hiciese juego con otra estantería de la habitación donde iba a ir. Puesto que iba a ser para la habitación de mi cuñado, gran aficionado a los superhéroes, la idea era clara; de color blanco y con algo que hiciese alusión a los cómics.
Ésta era la cajonera:
En primer lugar lijé las imperfecciones y limpié bien. Utilicé pintura acrílica blanca de la marca Bruguer; al ser con base al agua no deja tanto olor y para limpiar los utensilios no es necesario ningún disolvente ya que simplemente con agua sale todo.
La parte de arriba y las partes frontales de los cajones eran de mimbre. Para no estropearlo, no las pinté ni les hice nada. Así que para decorar, corté con la misma medida de la parte del mimbre un plástico duro que compré en Bricoking.
Así obtuve tres bases para los cajones y una base más grande para la parte de arriba.
Ahora vino lo mejor, lo que más me gustó hacer; buscar papeles y hacer un collage en cada base.
La parte de arriba fue la más divertida. Corté varios dibujos de distintos cómics y los fui poniendo de forma que quedasen repartidos por toda la superficie. Al haber cortado la base con las medidas del mimbre, sólo fue cuestión de ponerlo por encima y encajarlo.
En los cajones hice lo mismo, a excepción de que sólo cogí los logos de tres superhéroes.
Y listo. La verdad es que tanto a mi cuñado como al resto nos gustó el resultado; divertido y luminoso.
Nunca había hecho nada con fieltro, de modo que la curiosidad me pudo y me decidí a hacer una carterita para las llaves.
Usé fieltro gris para la base de la cartera. En uno de los laterales, puse por dentro un lazo hecho con tela para poder enganchar las llaves. No sabía si coser y luego darle la vuelta para que no se vieran las costuras o si hacerlo de forma que se viesen. Para no complicarme, me decidí por la segunda opción; más rápido y, además, luego podría tapar las costuras con algún detalle.
Para dicho detalle, usé una cinta de raso roja. Fuí colocando la cinta con silicona caliente por los laterales, teniendo cuidado de que los hilos quedaran tapados y, como me gustó, también puse unas cuantas cintas de forma diagonal en el centro.
Usé para los lados más estrechos otra cinta que tenía puntilla, para darle otro toque.
Con la ayuda de la Big Shot, corté una mariposa de fieltro azul y la pegué con silicona en el centro de la cartera.
Y aquí está con las llaves para poder luego guardarlas.
